Mi viaje

Para mí todo comenzó a aclararse con lo que parecía un sueño alrededor de mis 15 años. En el sueño mi bisabuela Broñe se acercaba a mi y me decía: Laurita vine a despedirme, me tengo que ir, nos dábamos un abrazo largo y fuerte mientras yo lloraba. En ese momento mi mamá me tocó el brazo para despertarme y me dijo: Loli la abuela Broñe falleció. Yo ya no tuve que llorar, tuvimos nuestra despedida. No me sorprende que ella fuera la que me abrió las puertas a este conocimiento porque siempre fuimos muy unidas y era una mujer muy especial, nacida en los años 1920 contaba con una mente avanzada siempre andaba con su diario investigando sobre lo desconocido. En eso somos muy parecidas. En los siguientes años naturalmente fui descubriendo mi habilidad y gracias a todas las bellas experiencias que he compartido pude entender que la vida continúa, diferente, más pura, más sabia, sin los problemas o enfermedades que tenían antes de dejar el cuerpo y más cerca que nunca de los seres queridos. Y que el problema solamente yace en aquellos que quedan por aquí sufriendo.

Me enseñaron a como nos relacionamos con el mundo no físico y lo más emocionante es que sin darme cuenta me guiarían a ofrecerles la oportunidad de comprender no sólo el mundo no físico, sino lo más importante: que somos en gran parte no físicos y que sin este conocimiento, no somos un humano completo, ni tenemos una vida plena.

Por eso me decidí a seguir nuestra inspiración y comencé a ofrecer la posibilidad indescriptible de un encuentro, porque esto es algo que todos deberían experimentar en la vida.

Puedo sentir mi entusiasmo y el de los amigos no físicos al escribir estas líneas. Amo saber que ellos son los que nos llevan a cruzarnos en el camino ♥ y que nuestra parte no física es cómplice de nuestras aventuras ♥